¿Qué es la cistitis en las mujeres?
La cistitis en las mujeres es una inflamación de la vejiga. Los principales signos clínicos de la enfermedad son dolor al orinar con frecuencia en pequeñas porciones y aumento de la temperatura corporal. En algunas formas, aparece sangre en la orina.
En ausencia de un tratamiento oportuno, la enfermedad rápidamente se vuelve crónica. Cuando la infección se propaga hacia arriba, se desarrolla una inflamación de los riñones. El tratamiento es medicinal y tiene como objetivo aliviar los síntomas desagradables y suprimir la infección.
Causas
La inflamación de la vejiga en la gran mayoría de los casos es consecuencia de la entrada de microflora patógena. Muy a menudo, los agentes causantes de la enfermedad son microorganismos oportunistas (estafilococos, estreptococos, E. coli).
A diferencia de la microflora patógena, siempre están presentes en el cuerpo y no se manifiestan hasta cierto momento. Pero bajo la influencia de factores provocadores (disminución de la inmunidad, hipotermia, etc. ), comienzan a multiplicarse activamente, lo que conduce al desarrollo de inflamación. Con menos frecuencia, los agentes causantes de la enfermedad son microorganismos patógenos, agentes causantes de micoplasmosis, clamidia, ureaplasmosis y varias otras enfermedades.
La infección puede ingresar a la vejiga de las siguientes maneras:
- descendiendo- la flora patógena penetra desde los riñones afectados, a través de los uréteres, y también ingresa a la vejiga con linfa y sangre de los vasos de los órganos reproductivos y el recto;
- ascendiendo— la infección penetra a través de la uretra, esto se ve facilitado por una mala higiene íntima, una vida sexual promiscua con frecuentes cambios de pareja, la falta de métodos anticonceptivos de barrera y una serie de otros factores.
Causas de cistitis de etiología no infecciosa:
- someterse a un tratamiento de radiación para el cáncer de pelvis pélvico: una dosis alta de radiación puede causar quemaduras en la mucosa de la vejiga, formación de fístulas y úlceras;
- daño mecánico al órgano debido a cálculos renales;
- quemadura química de la membrana mucosa cuando los medicamentos se administran directamente en la vejiga;
- daño a la mucosa del órgano por líquido caliente;
- reacción alérgica.
En la forma no infecciosa de la enfermedad, a menudo ocurre una infección secundaria, ya que la inmunidad se reduce y la mucosa inflamada es un blanco fácil para la microflora patógena.
Síntomas de cistitis en mujeres.
El principal signo clínico de la enfermedad es la necesidad frecuente de orinar. En caso de inflamación severa, ocurren cada pocos minutos, en cualquier momento del día. El paciente experimenta un gran malestar porque no puede controlar el funcionamiento del sistema urinario.
Si no inicia un tratamiento urgente en esta etapa, rápidamente aparecerán síntomas como dificultad y dolor al orinar, dolor en la región lumbar y en la parte inferior del abdomen. En algunos casos, además de los signos de la enfermedad anteriores, el paciente experimenta escalofríos, aumento de la temperatura corporal, náuseas y vómitos, lo que indica intoxicación del cuerpo. Si aparece sangre en la orina, esto indica un curso complicado de la enfermedad y requiere atención médica inmediata.
La naturaleza y gravedad del dolor en las mujeres depende de la naturaleza de la inflamación y puede variar desde una ligera molestia hasta un dolor insoportable. Las niñas pueden experimentar retención urinaria. Esta condición aguda requiere atención médica urgente.
Un síntoma constante de la enfermedad es la presencia de leucocitos en la orina, lo que la vuelve turbia. La sangre en la orina suele estar contenida en pequeñas cantidades y aparece hacia el final del acto de orinar.
En caso de inflamación aguda, la temperatura corporal puede aumentar hasta 38 °C, el estado de salud general del paciente empeora drásticamente y aparecen síntomas de intoxicación del cuerpo. Una característica de la cistitis en las mujeres son las frecuentes recaídas de la enfermedad. Esto se debe a que su uretra es más corta que la de los hombres, lo que facilita la entrada de la flora patógena a la vejiga.
Aproximadamente la mitad de las mujeres experimentan una recaída dentro del año posterior al primer episodio. Si se produce una exacerbación en menos de un mes, significa que la enfermedad no se trató por completo y la infección persistió en el cuerpo.
La forma crónica de cistitis femenina tiene síntomas similares, pero menos pronunciados. El dolor al orinar es bastante tolerable, la frecuencia de los viajes al baño aumenta, pero no de manera crítica, lo que le permite mantener su estilo de vida habitual y no perder su capacidad para trabajar.
Durante las exacerbaciones de la enfermedad, se observa una clínica de inflamación aguda. Durante la remisión, no hay ningún proceso inflamatorio activo y no hay síntomas.
cuantos dias dura
En la forma aguda de la enfermedad, la gravedad de los signos clínicos disminuye considerablemente casi inmediatamente después del inicio de la terapia. Hoy en día existen regímenes de tratamiento con una dosis única de un fármaco antibacteriano. Después de esto, en un tercio de los pacientes las quejas desaparecen en 24 horas, en la mitad, en dos días.
La persistencia de los síntomas durante varios días puede generar dudas en el paciente sobre la corrección del tratamiento prescrito. De hecho, la persistencia de signos de inflamación refleja la respuesta del organismo a la flora patógena. Incluso después de la destrucción completa del patógeno, los síntomas pueden persistir durante varios días.
Los estudios han demostrado que la mayoría de las mujeres, a pesar de los síntomas anteriores, intentan automedicarse y consultar a un médico solo entre los días 5 y 7 de la enfermedad. Como resultado, el tratamiento de la patología comienza tarde, lo que aumenta considerablemente las posibilidades de que la cistitis se vuelva crónica y desarrolle complicaciones.
Clasificación
Según su origen, existen dos tipos de cistitis:
- primario- afecta con mayor frecuencia a las mujeres, la inflamación se desarrolla directamente en la vejiga debido a los efectos negativos sobre ella;
- secundario- es una complicación de otras patologías del sistema genitourinario.
Por zona afectada:
- focal;
- total;
- trigonita(el proceso inflamatorio se limita al triángulo de Lieto).
Con el flujo:
- picante;
- crónico.
Según la naturaleza de los cambios patológicos:
- catarral- la forma clásica de la enfermedad con daño a la membrana mucosa de la pared del órgano, el proceso inflamatorio se acompaña de hinchazón, enrojecimiento y aparición de exudado seroso o purulento;
- granulomatoso- aparecen erupciones abundantes en la mucosa del órgano;
- flemonoso- se desarrolla inflamación purulenta difusa de la membrana mucosa con daño a la capa submucosa;
- hemorrágico- aparece sangre en la orina;
- cístico- se forman quistes en la submucosa;
- intersticial— las capas musculares participan en el proceso inflamatorio;
- incrustante- se forman úlceras que no cicatrizan en la membrana mucosa, cuyos bordes están cubiertos de depósitos de sal;
- ulcerativo- aparecen úlceras en la membrana mucosa;
- gangrenoso- Se produce la muerte del tejido.
Por etiología:
Infeccioso:
- específico (el agente causal es una microflora patógena);
- inespecífico (la inflamación es causada por microorganismos oportunistas).
No infeccioso:
- rayo;
- traumático;
- alérgico;
- térmico;
- parásito;
- químico-tóxico.
Factores de riesgo
Los factores que pueden desencadenar el desarrollo de la enfermedad incluyen:
- hipotermia;
- enfermedades crónicas de los órganos genitourinarios;
- estrés crónico, tensión nerviosa;
- congestión en la pelvis;
- disminución de la defensa inmune;
- desequilibrios hormonales debido a enfermedades, así como cambios naturales en el cuerpo (embarazo, menopausia);
- constipación crónica;
- mala alimentación, abuso de alimentos salados, picantes y picantes (puede provocar irritación e inflamación de la mucosa de la vejiga);
- incumplimiento de las normas de higiene;
- vaciado incompleto de la vejiga en algunas condiciones patológicas del cuerpo;
- abuso de alcohol.
Están en riesgo de contraer esta enfermedad las niñas, las mujeres embarazadas, las mujeres que se han vuelto sexualmente activas recientemente y las mujeres durante la menopausia.
Diagnóstico
Cuando aparecen los primeros síntomas, conviene concertar una cita inmediatamente con un urólogo. En la cita, el especialista entrevista al paciente, escucha sus quejas y recopila una anamnesis. Después de esto, es obligatorio un examen en un sillón ginecológico. Esto es necesario para excluir enfermedades inflamatorias de los órganos reproductivos y enfermedades de transmisión sexual, muchas de las cuales tienen un cuadro clínico similar. El médico presta especial atención a la presencia y naturaleza del flujo vaginal, así como a la abertura externa de la uretra.
A continuación, se realiza un diagnóstico preliminar. Para confirmarlo, a la mujer se le pueden prescribir exámenes adicionales:
- Análisis de orina;
- cultura Urina(determinar el tipo de patógeno, su prevalencia, sensibilidad a los antibióticos);
- cistoscopia- se lleva a cabo en formas crónicas recurrentes de la enfermedad fuera de los períodos de exacerbación, con su ayuda se establece la forma morfológica de la enfermedad y se realiza el diagnóstico diferencial;
- Ultrasonido de la vejiga— detectar la presencia de inflamación de la membrana mucosa, excluir cálculos y tumores.
Si se indica, la lista de exámenes se puede ampliar. El diagnóstico diferencial se realiza con tumores, tuberculosis del tracto urinario, urolitiasis, disfunción neurogénica.
Tratamiento de la cistitis en mujeres.
Cuando aparezcan los primeros signos clínicos de la enfermedad, es necesario contactar inmediatamente a un especialista que le prescribirá el tratamiento adecuado. La terapia tiene como objetivo lograr los siguientes objetivos principales:
- destrucción de patógenos;
- alivio rápido de síntomas desagradables;
- prevención o alivio de complicaciones;
- prevención de recaídas.
Las recomendaciones generales incluyen:
- dieta: es necesario excluir cualquier alimento y bebida que irrite la membrana mucosa (alimentos salados, calientes, encurtidos, picantes, bebidas carbonatadas, alcohol);
- rechazo temporal de la actividad sexual;
- beber muchos líquidos (agua limpia, preparados urológicos, bebidas de frutas ácidas);
- Calor seco sobre la piel en la zona de la inflamación.
Si el agente causante de la enfermedad es una microflora patógena, entonces está indicado tomar medicamentos antibacterianos. Para aliviar los síntomas, se prescriben AINE, analgésicos y antiespasmódicos. Para fortalecer el sistema inmunológico y prevenir recaídas está indicada la toma de inmunomoduladores y complejos multivitamínicos. En caso de recaídas frecuentes, se pueden recetar medicamentos bacteriófagos.
Si la inflamación es secundaria, entonces la base del tratamiento es el tratamiento de la enfermedad subyacente. Para algunos tipos de patología (por ejemplo, si la causa de la inflamación es una abertura externa de la uretra demasiado profunda), está indicada la intervención quirúrgica para eliminar la causa de los problemas de salud. Si la causa de la inflamación es la menopausia, entonces está indicada la terapia de reemplazo hormonal.
En la mayoría de los casos, el tratamiento se realiza en casa.
Las indicaciones de hospitalización urgente en un hospital son:
- estado general severo del paciente;
- desarrollo de complicaciones;
- patologías concomitantes (inmunodeficiencia, insuficiencia cardíaca, diabetes mellitus);
- ineficacia de la terapia antibacteriana o imposibilidad de su implementación de forma ambulatoria.
Complicaciones
Las principales complicaciones de la forma aguda son:
- Pielonefritis.Se trata de una inflamación de los riñones de origen infeccioso, que daña el tejido conectivo, el parénquima y todo el complejo pelvicalicial. Esta es una patología extremadamente peligrosa que, si no se trata, puede provocar el desarrollo de una intoxicación grave del cuerpo y envenenamiento de la sangre. En la mayoría de los casos, la infección en los riñones durante la pielonefritis ingresa precisamente por la ruta ascendente, desde la vejiga, a través de los uréteres. Uno o ambos riñones pueden verse afectados. El tratamiento es a largo plazo, hospitalario.
- Sangre en la orina.Esta complicación es consecuencia de la penetración de la microflora patógena en capas más profundas. Como resultado, se altera la integridad de los vasos pequeños, lo que conduce a hemorragias menores. Con tratamiento oportuno, el pronóstico es favorable. Se observa un curso más grave en pacientes que toman regularmente medicamentos anticoagulantes.
- Transición de la enfermedad a una forma crónica.En este caso, el cuadro clínico es aproximadamente el mismo que el de la cistitis aguda, pero los síntomas son menos pronunciados. A los períodos de exacerbaciones les sigue una remisión, cuando el paciente se siente completamente sano.
- Obstrucción de la vejiga con un coágulo de sangre.Ocurre cuando las capas profundas están gravemente dañadas, lo que provoca una hemorragia interna profusa. Como resultado, la luz del órgano se llena de coágulos de sangre, lo que provoca un retraso o una parada completa de la micción. Si se desarrolla esta complicación, el paciente debe ser hospitalizado de urgencia en un hospital. De lo contrario, se puede desarrollar insuficiencia renal aguda y la muerte.
Prevención
Para reducir al mínimo el riesgo de desarrollar la enfermedad, se deben seguir las siguientes recomendaciones:
- Comida sana;
- dejar de beber alcohol;
- observar las reglas de higiene íntima de los genitales externos;
- desinfectar periódicamente los focos de infección crónica en el cuerpo;
- abandonar un estilo de vida sedentario, en el que se desarrolla congestión en los órganos pélvicos;
- corregir rápidamente anomalías congénitas del tracto urinario;
- no enfriar demasiado;
- fortalecer la inmunidad;
- tener relaciones sexuales con una pareja habitual, evitar relaciones casuales, utilizar anticonceptivos de barrera;
- tratar rápidamente patologías ginecológicas y urológicas;
- tratar rápidamente la disbacteriosis;
- observar el régimen de trabajo y descanso;
- beber al menos dos litros de líquido al día;
- vacíe su vejiga de manera oportuna;
- Cuando aparezcan los primeros síntomas de la enfermedad, consultar a un especialista, esto facilitará significativamente el tratamiento posterior y mejorará el pronóstico.